Luis Abinader: dos años metiendo y sacando la pata; obtiene buenas calificaciones en pocas materias

El Gobierno del presidente Luis Abinader acaba de cumplir dos años.

Sabemos que Abinader asumió las riendas del país en uno de los momentos más difíciles para cualquier experimentado político, y el entonces presidente novato del Partido Revolucionario Moderno (PRM), no era la excepción.

La pandemia estaba en su apogeo, la incertidumbre arropaba a los dominicanos y al mundo, y nadie sabía qué hacer, más que esperar a que las autoridades tomaran decisiones.

Sin embargo, las cosas comenzaron a caminar mejor, la ciudadanía se acostumbró a lo que había, mientras el Gobierno, metiendo y sacando “la pata”, acaba de cumplir dos años.

En varias materias, aunque en muy pocas, el Gobierno ha pasado con notas sobresalientes, pero en otras, y es la mayoría, ha reprobado, con muy bajas calificaciones.

Las metidas de patas, para luego sacarlas, han sido una de las caracterizaciones del Gobierno, y aunque podría interpretarse que lo hace porque tiene el oído en el corazón del pueblo, hay quienes afirman que es debido a la falta de planificación y que se toman medidas sin analizar, y luego deben darle para atrás.

En Barahona, Bahoruco, Independencia y Pedernales se han dado decenas de picazos para iniciar obras, sim embargo, según los reportes, en muy pocos, o ninguno, se ha estado trabajando, por lo que desconocemos qué es lo que ha pasado.

Ya que los dos primeros años han sido, sobre todo, de exploración, primer picazo y palazos y promesas como si estuviéramos en campaña, vamos a esperar que los últimos dos de este cuatrienio sean de realizaciones, de ejecuciones, para que tengamos la región, el país que todos necesitamos y merecemos.

Los sureños esperan con ansias la terminación de la presa de Monte Grande, la que podría ser la obra más importante de Gobierno alguno, la terminación de la carretera Barahona-Enriquillo y Enriquillo-Pedernales, porque sin esa infraestructura vial, no tendría sentido hacer las grandes inversiones que se han anunciado próximo a Bahía de las Águilas.

Además, señor Presidente, pretender desconectar el turismo de Pedernales con el de Barahona sería una tosudez, una medida que, al final, le haría más mal que bien al desarrollo turístico de la región Enriquillo.

Las cuatro provincias de la región Enriquillo deben verse como una sola estructura para conseguir el desarrollo, porque Pedernales no tiene la cantidad suficiente de tierra y espacio para tener un turista alojado por más de dos días.

Entonces, señor Presidente, ahí es que entra el turismo interno, el turismo de carretera, el turismo de mochila, el que compra el coco, la botellita de agua, la empanada, el desayuno de mangú.

Al turista se le vende un paquete integrado, y es seguro, que tendría que hacer dos viajes, para poder observar las vistas paradisíacas de Barahona, las caritas y las iguanas de Bahoruco y llegar a la frontera de Jimaní y Duvergé, provincia Independencia.

Entonces, por esa y otras razones, señor Presidente, es que jamás entendimos, a quién o quiénes se les ocurrió convertir el hotel Guarocuya con 65 habitaciones en un hospital. Y seguimos sin entender, señor Presidente, las razones por las cuales continúa cerrado. ¿Hay algún plan oscuro?

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