La presa de Monte Grande, conocida como el Metro del Sur, se sabe cuando inició, pero su conclusión es incierta, tomando en cuenta que aún se está buscando dinero para la construcción de parte de la obra, que esta es la fecha ni se ha licitado.
El pasado gobierno de Danilo Medina, dejó la construcción de la presa en más de un 70%, reconocido en principio por el presidente Luis Abinader, pero luego, ese porcentaje comenzó a ser reducido y hoy hay funcionarios que la obra estaba avanzada en menos de un 50%, lo que es totalmente incierto, tomando en cuenta las constantes visitas de reporteros de Armario Libre, desde que se dio el primer picazo para construir la importante obra.
El Gobierno ha trabajado en la presa, pero no a la velocidad requerida para terminación en un tiempo prudente, lo que te lo demuestra, la búsqueda de recursos económicos para construir los laterales que llevarían el agua al Acueducto del Suroeste (Asuro).
Ahora se anuncia que el proyecto habitacional sería entregado por el presidente Abinader a finales de febrero, pero varios componentes, esta es la fecha que no se han iniciado.
La promesa del Gobierno, según el director del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (Indrhi), Olmedo Caba Romano, es que las obras del complejo habitacional que faltan serán construidas ya con las casas ocupadas.
Durante la inauguración o entrega de las casas, el presidente Abinader, anunciaría donde los campesinos serán ubicados para trabajar las tierras, pero según los informes, es un tema que aún no se ha decidido 100% y está en discusión.
Es muy posible que la presa se entregue sin terminar todos los elementos o componentes anunciados en el principio, en el proyecto original, pero la región Sur tiene unos muy buenos aliados para evitar que eso pase, como son los habitantes de Monte Grande.
La puesta en operación de la presa de Monte Grande es más que importante para las tres provincias de la región Enriquillo, pero se necesita a toda capacidad, no ha medias, y ojalá que la espera valga la pena.
Vamos a pedirle a Dios que ilumine al Gobierno para que entregue la presa de Monte Grande, claro, en el tiempo que le queda de este período, la circunvalación de Azua, y se adelante la ejecución del de Baní, porque es de conocimiento que no hay capacidad para realizar otra obra de esas envergaduras.
La construcción de la carretera Barahona-Enriquillo es una quimera, jamás sería hecha o reparada en su totalidad, pero peor quimera es de Enriquillo a Pedernales. Los sureños pueden soñar, no cuesta nada, pero cuidado sin se despiertan con una pesadilla por querer mucho y no poder tener nada.