Hola, qué tal.
República Dominicana tiene varias semanas envuelta en una atmósfera no muy buena, y no es precisamente por la sequía y la humareda emanada del fuego, muchas veces provocados y otras, natural, que se han producido en los últimos días.
Desde la última semana de febrero y hasta la fecha, he observado un ambiente pesado, incómodo, que por más que le busco la “vuelta”, no me cuadra, es lo que le dicen “un muerto incómodo de cargar”.
En mi caso profesional, no personal, inició con una decisión de un genio, que me negó algo que buscaba para la pasada edición de Armario Libre, todo pasó, el periódico salió mejor que nunca, pero me dejó un trago muy amargo, porque la decisión fue de alguien que al menos, yo pensaba que era un poco más inteligente.
Luego vino el discurso del 27 de febrero del presidente Abinader, y creo que ahí comenzó el ambiente mucho más espeso, porque el jefe de Estado, no logró lo que buscaba, y en vez de caer bien con su hora y 40 minutos hablando, según las malas lenguas, no pegó una.
El ambiente continuó igual de denso y tenso, pero rompió el densímetro y el tensiómetro, con el apresamiento de Gonzalo Castillo, Donald Guerreo, José Ramón Peralta y otros 17 exfuncionarios acusados de actos de corrupción en el gobierno de Danilo Medina.
El discurso del presidente Abinader del 27 de febrero y el apresamiento de parte de funcionarios del gobierno de Danilo, a un año de las elecciones, en vez de sumar, a restado al jefe de Estado.
Mi apreciación es tan real, que en las dos últimas dos semanas, he visto como cinco encuestas, que al parecer se prestan los resultados, porque son bastante idénticas.
A pesar de que los días continúan densos y tensos, pero el anuncio del expresidente Medina de que sufre de cáncer de próstata, fue otro episodio que a muchos dominicanos no les hizo sentir bien, por lo que al PLD (Partido de la Liberación Dominicana), le ha caído gas del mora’o, del que pela, como diría mi viejo; o sea, todo le sale mal.
Vamos a esperar que la población, en esta Semana Santa que se aproxima, tome el tiempo para reflexionar y meditar, porque lo que ha estado pasando, no es para estar metido en una playa o un río bebiendo romo y comiendo carnes, crudas y cocidas.