El dominicano José Ramírez se queda con 39 dobles, 39 jonrones y 41 bases robadas con cancelación de último partido de temporada…pudo haber hecho el 40, 40, 40
CLEVELAND — En las últimas 24 horas, el cuerpo técnico de los Guardianes reflexionó sobre la temporada de José Ramírez.
El dominicano Ramírez llegó al domingo con 39 dobles, 39 jonrones y 41 robos.
Tal vez podría haber alcanzado el 40-40-40. Tal vez no lo habría hecho. Pero se determinó que lo mejor era cancelar el duelo dominical entre los Astros y los Guardianes para asegurarse de que todos los jugadores de ambos rosters se mantuvieran saludables para la postemporada.
Después de esperar bajo la lluvia más de tres horas desde la hora originalmente programada del primer lanzamiento en el Progressive Field, se anunció que el último partido de la campaña regular no se jugaría ni se reprogramaría debido al mal tiempo y las malas condiciones del terreno.
Técnicamente, el duelo no era necesario para ninguno de los equipos, considerando que ambos ya habían asegurado sus respectivos lugares en el cuadro de la postemporada de la Liga Americana antes del domingo, razón por la cual MLB pudo cancelarlo sin necesidad de reprogramarlo.
Y con la victoria de los Reales sobre los Bravos y la derrota de los Tigres ante los Medias Blancas, los Guardianes jugarán contra el ganador entre los Astros y los Tigres en su Serie de Comodines de la Americana.
Pero para Ramírez, podría haber significado historia.
Esto habría sido un gran punto final en un año en el que Ramírez tuvo promedio de .279, OPS de .872 y 118 carreras impulsadas, al tiempo que se ponchó apenas 82 veces en 158 juegos. Y mientras la lluvia caía antes del anuncio de un retraso o una suspensión, lo único que podía pensar el manager de los Guardianes, Stephen Vogt, era cómo Ramírez ya había hecho historia.
Incluso si no lo decía en el libro de récords.
“Empiezas a pensar en las cuatro o cinco bolas que (el venezolano) Wilyer Abreu le robó a él durante esa semana contra Boston,” dijo Vogt con una sonrisa. “Piensas en el triple que dio en la parte superior de la pared en Colorado, el triple que dio en la parte alta de la pared el otro día. Simplemente reflexionamos sobre su temporada. En realidad, ya lo hizo si lo piensas”.
Una campaña de 40-40-40 es tan rara que un solo jugador en la historia de las Grandes Ligas lo ha logrado: El dominicano Alfonso Soriano en el 2006. Incluso si Ramírez no hubiera conseguido un doble y sólo se hubiera unido al club de 40-40, habría sido el séptimo jugador en lograr esa hazaña, uniéndose a Shohei Ohtani, el venezolano Ronald Acuña Jr., Soriano, Alex Rodríguez, Barry Bonds y el cubano José Canseco.
Quizás no suene tan bonito, pero Ramírez sigue siendo el segundo jugador (junto con Soriano) en tener una temporada de 39-39-40.
“Es algo muy especial”, siguió Vogt. “Lo he dicho todo el año; una de mis partes favoritas de este trabajo es verlo todos los días ser la misma persona, jugar de la manera correcta, hacer su trabajo, jugar para ganar… y sus números estarán ahí al final del año.
“Él es el epítome y el ejemplo de eso. Y es genial que nuestros jugadores jóvenes puedan verlo”.
Los Guardianes son capaces de ver el panorama más amplio.
A medida que el horario del primer lanzamiento se retrasaba más y más con un terreno cada vez más mojado, el equipo alteró su alineación para asegurarse de que sus mejores jugadores estuvieran protegidos de cualquier lesión antes de los playoffs. Pero el nombre de Ramírez seguía ahí.
Si se hubiera jugado un partido, no habría querido otra cosa que estar en la alineación. Pero como vimos el sábado, cuando Ramírez bateó un foul que impactó su pierna y el personal médico tuvo que evaluarlo en el terreno, un solo paso en falso podría alterar toda la postemporada de Cleveland.
No valía la pena ese riesgo.
Ramírez sabe que está calentando los motores en el momento justo. Sus compañeros de equipo también lo saben, como si hubiera alguna duda. También sabe que su carrera está lejos de terminar.
Todos en el clubhouse de Cleveland están convencidos de que habría llegado a 40 en al menos una de las dos categorías restantes si se hubiera jugado el encuentro 162. Pero terminar con 39-39-40 sólo deja a Ramírez deseando más.
El quisqueyano sabe que puede hacerlo. Sólo tiene que esperar unos meses más para demostrarlo.
“Él dijo, ‘Oye, lo hago el próximo año’”, reveló Vogt después de la cancelación. “Así es él”.