En partido contra Cubs, Francisco Lindor y los Mets, además del poder, lo acompañó la suerte para mantenerse vivo en lucha por comodín

CHICAGO — Cuando el puertorriqueño Francisco Lindor se voló la cerca en la tercera entrada del partido que sus Mets se llevaron por 8-5 contra los Cachorros el jueves en el Wrigley Field, fue un cuadrangular impactante tanto para Nueva York como para las Grandes Ligas en general.

Lindor se convirtió en el quinto jugador en llegar a 30 bambinazos y 30 estafadas esta campaña, la mayor cantidad en la historia de MLB.

La victoria le permitió al equipo de Queens mantener una ventaja de un juego sobre los Rojos en el tercer Comodín de la Liga Nacional. Los D-backs, con su derrota contra los Dodgers, cayeron a dos juegos con tres por jugarse.

Nueva York también contó con algo de fortuna el jueves, cuando una curiosa jugada resultó en dos carreras que definitivamente necesitaron contra Chicago.

Tras poner a dos corredores en posición de anotar con un out en el primer capítulo en el Wrigley Field, Mark Vientos dio un elevado por la tercera base, donde tanto Matt Shaw como Dansby Swanson corrieron para tratar de atraparla en territorio de foul. Mientras los dos se acercaban, Shaw se estrelló con Swanson y se cayó. Swanson logró mantenerse de pie el suficiente tiempo para atrapar la bola mientras caía a las gradas.

Al caer, Swanson le tiró rápidamente la pelota a Shaw, quien la tiró al plato para retirar a Lindor en el plato.

Pero esperen.

La Regla 5.07(b)(3)(C) indica que “si un defensor, tras realizar una atrapada legal, pisa o cae en cualquier área fuera de juego, la jugada termina y cada corredor avanza una base, sin el riesgo de ser retirado, desde la última base que tocó en el momento en que el defensor llegó al área fuera de juego”.

En otras palabras, a Lindor se le permitió anotar sin problemas, mientras que Pete Alonso avanzó a la tercera base.

“Tenía una idea de cuál era la regla, pero [el coach de la tercera base Mike Sarbaugh] hizo un excelente trabajo”, explicó Lindor. “Entonces el crédito es para Sarby. Fue el que me dijo ‘Corre, corre, corre, corre’. Me dijo que hiciera el pisa y corre”.

El siguiente bateador, Brandon Nimmo, hizo que los Cachorros pagaran más con un sencillo productor.

Para aclarar, los Mets no están en posición solamente por fortuna. Su foja de 45-24 hasta el 12 de junio fue el mejor en todo el béisbol en dicho momento, dándoles una cómoda ventaja para aguantar lo que llegó más adelante. Lindor consiguió su segunda temporada consecutiva con 30-30, junto a Soto, quien lleva 40-30.

Eso le dio a los Mets una ventaja tempranera, que al final necesitaron. Aunque castigaron al abridor de Chicago, Shota Imanaga, con ocho carreras, tres con un bambinazo de tres vueltas de Brett Baty, Nolan McLean concedió también tres jonrones.

Aunque McLean ponchó una marca personal de 11 bateadores, también permitió cinco carreras merecidas — una menos que el total de las primeras siete presentaciones en su carrera de Grandes Ligas.

«Un victoria cuenta de cualquier forma», dijo McLean, sintiéndose bendecido.

McLean es uno de los mejores novatos en todo el béisbol. Pero a estas alturas del año también es bueno contar con algo de suerte.

“Los equipos que luchan por clasificar son muy buenos equipos”, agregó Lindor. “Debemos completar la tarea. A nadie le importa por lo que hemos pasado. Es parte del camino. Debemos completar la tarea”.

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