La iglesia católica putrefacta por accionar de sus sacerdotes pedófilos y depredadores sexuales, se equivoca al acusar a los periodistas de extorsionistas y chantajistas
La Iglesia Católica, en su sermón de las siete palabras, erró de forma irresponsable y descarada contra una clase noble y desprotegida: los periodistas.
El padre padre Arcenio Ferrerira Rosario, desde un lugar sagrado como es la Catedral Primada de América, hogar de la iglesia, acusó a los periodistas de chantajear y extorsionar a funcionarios y empresarios, con dinero, con prebendas, lo que debe ser enfrentado por el Colegio Dominicano de Periodista (CDP), de la forma más enérgica posible.
El padre Ferrerira Rosario, de forma cobarde e irresponsable, mete a todos los periodistas en el mismo saco.
Ese sacerdote, que a lo mejor buscaba una forma de sonar en los medios de comunicación, debió, en primer lugar, no generalizar; y, en segundo lugar, hacer una diferenciación entre periodistas y comunicadores o programeros.
Y para seguir metiendo la “pata” a nombre de la iglesia, el secretario, Nelson Clark, al ser preguntado, alegó que Ferrerira Rosario, habría hablado a título personal, queriendo eximir a su conglomerado de las desafortunadas declaraciones.
Sería interesante que Ferrerira Rosario, identifique con nombres y apellidos a los “periodistas” que chantajean y extorsionan, acción que debe ser exigida por el CDP, pero que, si el gremio no lo hace, debe ser reclamado por cada periodista responsable, no porque se sienta aludido, jamás, sino, para que saquen su nombre del lodo que lo ha querido meter el sacerdote irresponsable.
Hace varios años, el entonces presidente de la República, Leonel Fernández, dijo que los políticos no se pueden pelear con la iglesia, ni con periodistas, pero ahora, le iglesia tiene un pleito casado con los periodistas que no deben los profesionales de la comunicación, perder la oportunidad de llevarlo hasta las últimas instancias.
El Colegio Dominicano de Periodistas, debe exigirle respeto a la iglesia católica, porque al parecer, al sacerdote Ferreira Rosario se le olvida, que quien tiene su casa de cristal, no le puede tirar piedras a la de su vecino.
Los periodistas, sobre todo los más veteranos, guardan muchos secretos de las diabluras cometidas por sacerdotes en los mismos templos.
Cuántas mujeres han tenido que abortar, al quedar embarazadas de padres en sus propias iglesias, lo que es guardado por periodistas para evitar escándalos.
Pero se le olvida al padre Ferreira Rosario, la cantidad de padres que han sido sometidos a la justicia por violación sexual contra jóvenes, o acoso, tanto a niños como a niñas.
El padre Ferrerira Rosario, “la hizo fuera del cajón”, porque si en el mundo hay un sector tan podrido, tan nefasto y tan desacreditado, ese es la iglesia católica.
Padre, en vez de lanzar dardos a ciegas, ensuciando reputaciones, muchas muy bien ganadas, ordene su casa, porque la suya, se ha demostrado, a pesar del sesgo, donde más lodo, putrefacción y descrédito tiene en toda la sociedad, la iglesia católica, más delincuentes con sotana, no aguanta.