Sepultan tarde-noche de este miércoles, presidente de la Junta Municipal de Barahona, Freddy Eligio, quien murió en Santo Domingo de coronavirus

Barahona.- Son sepultados en esta ciudad, en medio de llanto y dolor, aunque con una asistencia muy restringida, los restos del presidente de la Junta Electoral Municipal de Barahona, Freddy Eligio Pérez Espinosa, quien falleció en Santo Domingo, afectado del coronavirus.

Pérez Espinosa, 70 años, falleció pasadas las once de la noche del martes, en una sala del Centro Cardioneuro-Ofatalmlógico y Trasplante (Cecanot), donde había sido ingresado hace más de cuatro semanas, luego de que las pruebas del coronavirus dieran positivo.

Pasado el mediodía de este miércoles, una ambulancia, con todas las medidas de seguridad, salió desde Santo Domingo a esta ciudad de Barahona, para darle sepultura a Freddy Eligio, en el cementerio don Américo Melo de esta ciudad.

La población escéptica, comenta y lamenta el fallecimiento de Pérez Espinosa, un hombre que dedicó toda una vida a la iglesia y la enseñanza.

El obispo de la Diócesis de Barahona y gran Canciller de la Universidad Católica Tecnológica de Barahona (UCATEBA), monseñor Andrés Napoleón Romero Cárdenas y el rector de la academia, padre Secilio Espinal Espinal, lamentaron el fallecimiento de Freddy Eligio Pérez Espinosa, donde dirigía los departamentos de extensión y observatorio ambiental de la academia.

Romero Cárdenas manifestó que la Diócesis de Barahona, así como la UCATEBA se unen al dolor que embarga a la familia de Freddy Eligio.

Estaba casado con Catalina Rodríguez, quien también dio positivo a la enfermedad, pero que rebasó el mal.

Procrearon a Yudelka, Amaury y Ariel Pérez Rodríguez.

Freddy Eligio era hermano de Héctor Virgilio, Maximiliano, Delma María, Luís Emilio, Nelson Augusto, Nellys Amanda, Deliver, Olga Emilia, Vicenta, Emiliano, Casilda y Fausto Antonio Pérez Espinosa.

El padre Secilio Espinal Espinal expresó que la familia universitaria se entristece profundamente ante la partida a destiempo de uno de sus gestores, pidiendo al Dios todo poderoso acoger en su regazo el alma de una persona afable, cordial, “un profesional abierto a la sociedad y de excelente calidad humana”.

Sus familiares pidieron disculpas a la población, ya que su cadáver, no podía ser velado, como se le merecía, debido a la gran cantidad de personas que lo querían, porque tenían que acogerse al protocolo establecido por las autoridades de Salud Pública ante la situación actual.

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