Francisco Álvarez, cátcher de los Mets de NY, encabeza primeros encasillados al terminar entrenamientos
TAMPA, Florida — El encabezar las Mayores en cualquier estadística de la pretemporada no significa tanto… excepto algunas veces cuando cuentan.
Con los equipos concluyendo su acción de la Liga de la Toronja y la Liga del Cactus el lunes, el receptor de los Mets, Francisco Álvarez, terminó de primero en corredores retirados en intentos de robo.
Registró ocho. Ningún otro cátcher consiguió más de cinco.
“Creo que ahora me deben de respetar más”, declaró el venezolano Álvarez. “No correrán tanto como el año pasado”.
En su primera campaña completa detrás del plato en las Mayores, Álvarez concedió 99 estafadas y retiró a apenas 15 corredores. Eso no fue necesariamente anormal, teniendo en cuenta que las nuevas reglas de Major League Baseball están diseñadas para promover la acción en las almohadillas. De todas maneras, Álvarez demostró que fue fácil robarle bases; su tasa de retirados en intentos de robo del 13.2% fue la tercera peor entre los 38 receptores con al menos 500 entradas detrás del plato.
Eso preocupó a los Mets, especialmente considerando la fuerza natural en el brazo de Álvarez. Con la implementación de las nuevas reglas de MLB, ningún receptor tendrá consistencia a la hora de retirar a los corredores (el también venezolano Gabriel Moreno, el líder de la liga en el 2023, tuvo un éxito del 38.6%). Pero, ¿pudo Álvarez haber sido mejor de lo que fue?
Resulta que la respuesta a dicha pregunta es que sí. A comienzos de los Entrenamientos de Primavera, Álvarez y el coach de receptores Glenn Sherlock trabajaron frecuentemente en el movimiento de piernas, algo que ambos ven como la clave para todo. Antes de cada pitcheo, Álvarez tiene una rodilla en el suelo, pero si ve a un corredor tratando de robar, se agacha a medias con los dos pies firmes. Eso le permite moverse sin problemas a una posición para tirar.
El tiempo también es crucial. Como la mayoría de los cátchers, Álvarez pierde precisión y velocidad cuando se apresura para lanzar. Si se toma un tiempo adicional, como lo hizo para tomar fuerza y tirar hacia la intermedia en el choque del 19 de marzo contra los Cardenales, Álvarez puede dejar que sus capacidades innatas se encarguen del resto. Dicho disparo fue de 85.8 millas por hora. El año pasado, Álvarez fue 13ro de 54 receptores que califican con una fuerza de brazo promedio de 84.8 mph, según la información de Statcast.
“Tiene un cañón”, declaró el dirigente de Nueva York, el también venezolano Carlos Mendoza. “Pero ha seguido mejorando”.
Todo esto es parte de una mejoría continua de Álvarez, quien entiende que su defensa será igual de importante a su bate si el joven desea convertirse en una superestrella. Álvarez — quien ya es uno de los mejores en la liga en la presentación de pitcheos como strike (framing) — ha tratado de mejorar su bloqueo de lanzamientos en el suelo, y ahora está entre el promedio en dicha categoría. El contener el robo de bases es la próxima tarea.
“Jamás hemos tenido problemas para que trabaje”, declaró Sherlock. “Le encanta trabajar. Diría que está trabajando con más astucia este año, comparado con el año pasado, cuando pensaba que más trabajo era mejor. Ahora piensa en lo que hace y lo hace de manera inteligente”.
Vale aclarar que la meta no es eliminar completamente el robo de bases. Se trata de simplemente sembrar la duda en la mente de los corredores, para impedirles pensar en correr sin ningún problema. La semana pasada, Álvarez mostró una enorme sonrisa al preguntársele cómo se siente retirar a un corredor en intento de robo, y señaló que se siente mejor que pegar un cuadrangular.
“Pienso que la mayoría de las veces, los receptores entran en problemas cuando se apresuran al lanzar — cuando tratan de ser rápidos porque los corredores consiguen un buen brinco”, agregó Sherlock. “Las nuevas reglas se enfocan en el éxito del corredor, así que los receptores se están apresurando. Pero ahora no lo hace. Parece que se está manteniendo bajo control”.