Varios países comenzaron este 2020 de forma negativa.
Puerto Rico, Estados Unidos y países de Oriente Medio, Irán, Iraq, entre otros, iniciaron el nuevo año convulsionados, unos debido a la naturaleza, pero otros, provocados por el hombre.
Puerto Rico fue envestido de varios temblores de tierra que dejó en la intemperie a cientos de personas.
Lunes y martes fueron días tristes para la vecina isla, luego de ser remeneada, de forma consecutiva, dejando un muerto, pero decenas de damnificados, porque sus techos de las viviendas colapsaron.
Aquí, la naturaleza, al parecer, se ha enseñado contra Puerto Rico, porque hace varios años, el huracán María causó tantos daños que aún no terminen de ser reparados.
Puerto Rico necesita ahora la ayuda de todos, porque está en uno de sus peores momentos.
Mientras que el otro gran problema, pero creado por el hombre, es el enfrentamiento que mantienen los gobiernos de Estados Unidos e Irán. Esta es la guerra de nunca acabar, pero ahora, los conflictos se han recrudecido y con la tecnología a su favor.
El gobierno norteamericano, utilizando la tecnología, drones, asesinó al líder iraní, general, Qassem Soleimani, lo que ha desatado los demonios entre las dos naciones.
En venganza, Irán bombardeó la noche del martes dos bases militares ocupadas por soldados norteamericanos. Las horas avanzan y se desconoce si hubo bajas militares o civiles.
El Gobierno de Irán continúa amenazando, advirtiendo que, si Estados Unidos responde a los bombardeos del martes, ya tiene 300 objetivos norteamericanos identificados para seguir la fiesta.
El pleito está casado, dos potencias súper poderosas a punto de enfrentarse de nuevo, y los más entendidos han hablado hasta de que se avecina la III Guerra Mundial.
Dos naciones ponen en vilo al mundo. Dos naciones con sus propias apetencias, con sus propios intereses económicos, juegan no solo con la tranquilidad de sus gentes, sino con la tranquilidad y la paz del mundo.
Entiéndanse por favor, porque en sus guerras, en sus pleitos, no deben pagar los que están y los que no están. No deben pagar justos por pecadores.