La República Dominicana es la nación con la mejor estabilidad social, económica y política de la región del Caribe y América Latina, pero esa situación podría cambiar si continúa la soberbia, el odio y el rencor de muchos dominicanos.
Los resultados de las primarias del pasado seis de octubre, puso de relieve, que al dominicano no le gusta perder. Aunque hay que acotar, que el perdedor no era cualquier dominicano, es el dominicano considerado el mejor político libra por libra: Leonel Fernández.
El entonces presidente del partido oficial, alegó un fraude colosal en su contra, sin embargo, sus peticiones nunca fueron comprobadas por la Junta Central Electoral (JCE), a pesar de que hizo varias de sus exigencias, pero el líder político, inconforme, preparó su maleta y se marchó.
Esto fue una rabieta de niño malcriado.
Fernández salió del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) con un grupito de seguidores, que si buscamos los nombres que cada día envían a los medios, son los mismos que tenían varias funciones en la organización política.
Sin embargo, ahí no es donde está el problema. El problema está en el papel que jugaría el exmandatario para sacar al PLD del poder, con lo que se irían, miles de empleados que él mismo designó cuando era presidente de la República.
Fernández ha propuesto un pacto con los partidos de oposición, sobre todo, el Reformista Social Cristiano (PRSC) y el Revolucionario Moderno (PRM) para sacar al PLD del poder. Ironía de la vida.
El PRM es la organización que más atacó a Fernández, pero lo malo que era ayer, es bueno hoy.
Si en las elecciones de mayo del 2020 se unen Leonel, Quique Antún y Luis Abinader, al PLD le sería difícil retener el poder, o tendría que enfocarse y hacer cambios muy radicales para ganar las próximas elecciones.
Gonzalo Castillo es un candidato fresco, le cae bien a mucha gente y podría ganar en la primera o segunda vuelta, pero tendrá que enfrentar a un grupo de políticos, que aunque tienen mucha cola que les pisen, al menos dos de ellos, tendría que trabajar el doble.
Ante el panorama político pintado, ante la división del PLD, aunque no tan grande como se pinta, la situación política de República Dominicana está color de hormiga.
Desde ahora, faltando casi ocho meses para las elecciones presidenciales y congresuales, comiencen a trabajar día y noche para que gane el mejor, y recuerde, camarón que se duerme, se lo come otro camarón.